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Expresar en una imagen simbólica la identidad de la Compañía de María es un reto al que hoy, como ayer, estamos llamadas a responder.

La Compañía, a lo largo del tiempo, ha ido construyendo esa imagen siempre con el anagrama de María como el elemento fundamental que la define. Este anagrama es la síntesis de nuestro nombre y evoca el estilo de presencia y servicio que queremos ofrecer al mundo de hoy.

 

En el transcurso de los años esta imagen institucional, ha ido tomando matices diferentes según tiempos y lugares. Hoy en este mundo cada vez más interconectado, en el que la universalidad es un valor, se hace necesario contar con una imagen común, que sea signo de unidad en la diversidad y nos visibilice como Cuerpo Universal.

El nuevo diseño mantiene los elementos esenciales del escudo, simplificando la imagen. El motivo principal recoge las iniciales del anagrama de María. Pretende reflejar claridad, y sobriedad.

Nuestras siglas: ODN

Como los demás Institutos de Vida Consagrada, la Compañía de María tiene las siglas de su nombre en latín, en forma de acrónimo, que lo identifica.  “Ordinis Dominae Nostrae”, Orden de la Compañía de María Nuestra Señora.

Cuando lo veas detrás de un nombre y apellidos significa que esa persona es religiosa de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora.

Nuestra Cruz

La Cruz lleva grabado en latín el nombre SOCIETAS MARIAE NS, Compañía de María Nuestra Señora, para expresar nuestro espíritu eclesial y lo que constituye nuestra identidad: María.

Cada religiosa de la Compañía de María la lleva como signo de su entrega a Dios en seguimiento de Jesucristo.

En el Apocalipsis se habla del sello de Dios: TAU - CRUZ que llevan impreso en la frente como una insignia gloriosa los que son posesión suya.

La Tau era la última letra del alfabeto griego. Los Santos Padres muy pronto pusieron de relieve la coincidencia de la letra Tau con la Cruz de Cristo. Por tanto, los señalados así son los seguidores de Jesús Resucitado.

Nuestro gesto

Dos manos se entrelazan, libres y unidas. La mano de Juana, apoyada ligeramente sobre el hombro de la niña, cercana y flexible, deja hueco a la pequeña mano infantil que se le confía. Serenidad, firmeza y ternura, búsqueda y encuentro, personalidad definida y mutuo apoyo.

La otra mano la apoyan cada una sobre el corazón. Juana estrechando con fuerza las Constituciones, logro y pasión educativa, herencia de futuro para la Compañía desde 1638. La niña afirmando su personalidad en el misterio de la vida que se le ofrece.

La figura de Juana encuadrada en la profundidad del vacío que la cobija; es apoyo, respaldo, segundo plano. Ocupa el lugar propio del educador, que arropa lo suficiente para ayudar a crecer en libertad y a afrontar el riesgo de cada paso personal.

La niña camina, un paso adelante sobre la piedra y, frente al espacio totalmente abierto, mira con simplicidad deliciosa hacia un mundo por descubrir.

Dos figuras que se entrelazan y completan en el camino de la vida. Camino andado y por hacer, mundo integrado y por descubrir, personalidad afirmada y por crecer.

Nuestras Fechas

  • 2 de febrero: Día de la conmemoración de la muerte de Santa Juana de Lestonnac.

    Este día tan significativo para la Iglesia, en la Compañía de María celebramos la muerte de Santa Juana de Lestonnac ocurrida en el año 1640 en Burdeos a los 84 años de edad.


    Así cuenta la Historia de la Orden lo que ocurrió ese día:

    Llegó el tiempo de la renovación de los votos, en él las Religiosas tenían la costumbre de prepararse a este santo acto con tres días de retiro. La Madre de Lestonnac no quiso faltar a este deber, consideró esta ocasión favorable para la espera en la que estaba del momento de la muerte, y tuvo sin duda un fuerte presentimiento de ella, ya que desde el primer día de su retiro, se confesó y comulgó; se cree, incluso, que renovó sus votos.

    Llegado ya el día, el Padre Martel, que debía celebrar la Misa de la Renovación, fue invitado por la Superiora para que viera en qué estado se encontraba la enferma y, temiendo que muriera durante la ceremonia en ausencia de sus Hermanas, le mandó que pidiera prolongar su vida, por la influencia que ella tenía ante Dios, hasta que la Comunidad hubiera renovado sus votos.

    A final de la Eucaristía, mientras las Religiosas daban gracias, la que había permanecido junto a la Madre corrió a avisarles que se apresuraran, porque estaba a punto de expirar. El Padre entró de nuevo en el aposento seguido de la Comunidad y, dirigiéndole de nuevo la palabra, le dijo:

    “Todas vuestras Hijas están aquí reunidas para acompañaros en este último paso y para reconocer, tanto como les es posible, las grandes deudas de gratitud que tienen con vos. Os ruegan, mi querida Madre, añadir a todos vuestros beneficios, con los que las habéis colmado, vuestra última bendición ”.

    Después de estas palabras, vieron que respondió por un gesto de sus ojos, que dirigió hacia la puerta, al observar que habían acudido todas, entregó dulcemente su espíritu al Creador, en la práctica de la obediencia y en el amor a sus queridas Hijas, el jueves 2 de febrero, día de la Presentación del Señor, el año 1640, a la edad de 84 años.

  • 7 de abril: Aprobación de la Compañía de María.

    En este día del año 1607, el Papa Paulo V aprueba la Orden de la Compañía de María.

  • 15 de mayo: Fiesta de Santa Juana de Lestonnac.

    El 15 de mayo de 1949 la Iglesia ratificó la vida y el Proyecto Educativo de Juana de Lestonnac declarándola Santa. Todos los años en esta fecha, celebramos la fiesta de Santa Juana de Lestonnac, como reconocimiento a ella y a todas las personas que han hecho y siguen haciendo posible, en diferentes países del mundo, este estilo propio de educar.

  • 23 de septiembre: Intuición de Juana como fundadora.

    En 1606, el Padre de Bordes, mientras celebra la Eucaristía, tiene una revelación. En ella se le señala como Fundadora de la Compañía de María a Juana de Lestonnac, que está de rodillas cerca del altar.

  • 21 de noviembre: Fiesta de la Presentación de la Niña María.

    Fiesta de la Presentación de la Niña María, una fiesta que se celebra desde el 21 de noviembre de 1610.

    Hacer memoria, cada 21 de noviembre, de esta tradición nos remite a María. Juana de Lestonnac quiso “consagrar a ella las alumnas y ponerlas bajo su protección con la promesa de imitarla en el estado al que Dios las llamara”; reafirma de este modo que María es modelo y referente, la compañera que, a nuestro lado, nos señala la manera de ser y situarnos en la vida.

    Esta fiesta, que se celebra de acuerdo con las características propias de cada contexto, tiene un significado común: la presencia de María Nuestra Señora en nuestros proyectos.

Nuestras palabras

  • 1. Tender la mano

    Esta expresión de la Historia de la Orden explica la intuición que Santa Juana de Lestonnac vivió en la noche del Cister: “vio un gran número de jóvenes que se perdía por falta de ayuda y comprendió que era ella quien tenía que tenderle la mano”.

    Historia de la Orden, H.O., en la “Noche del Cister” 1964, págs. 62 -64

  • 2. No dejar apagar la llama

    Juana, siendo una adolescente, oyó esta frase en el fondo de su corazón en respuesta a su deseo de cumplir la voluntad de Dios.

    H.O. pág. 47

  • 3. La mujer debe salvar a la mujer

    En su tiempo, las mujeres estaban excluidas de la educación formal, reservada a los varones. Juana y sus compañeras se ofrecen para ayudar a las jóvenes.  Esta fue su manera de contribuir a disminuir las diferencias entre hombres y mujeres.

    H.O. pág. 77

  • 4. Educar en comunidad desde un Proyecto común

    La comunidad para Santa Juana es un aspecto primordial. Una comunidad al estilo de Jesús “donde unimos nuestras fuerzas” para la Misión.

    H.O. págs. 71 - 72

  • 5. Todas no calzan el mismo pie

    En las Reglas que Santa Juana escribió para la madre Primera, hoy llamada “Superiora”, en la nº 10 manifiesta cómo esta tiene que tener presente la variedad de personalidades y necesidades de las Religiosas de la Casa de Nuestra Señora. Los educadores y educadoras vivimos hoy este principio.

  • 6. Llenad vuestro nombre

    En el verano de 1630 Santa Juana envía una carta a las fundadoras de Toulouse en la que les anima para que, con el ejemplo de su vida, transparenten lo que son: "Hijas de Nuestra Señora".

  • 7. Relación que acompaña, integra y hace crecer

    Michel de Montaigne tiene gran influencia en la pedagogía educativa que Juana desea en sus escuelas.

    La Compañía de María un proyecto de Educación.  Págs. 24 – 25

  • 8. Cabezas bien hechas más que bien llenas

    En los “Ensayos”, Michel de Montaigne habla de cómo tiene que ser el educador, para luego poder educar de esta manera a los alumnos.

  • 9. Educar en la vida y para la vida

    Expresión acuñada por Michel de Montaigne en la que nos invita a educar no sólo para adquirir conocimientos, sino para tener las herramientas necesarias para la vida.

Universalidad

La Compañía de María está presente hoy en cuatro continentes, en contextos diferentes: en pueblos y ciudades, en la periferia y en el centro, en barrios sencillos y en zonas de exclusión y culturas diversas.

Las comunidades posibilitan poner en práctica, en lo cotidiano, los valores que queremos anunciar en cada campo de misión a los que somos enviadas.

En este mundo, tantas veces excluyente y desigual, vivir juntas personas de diferentes edades, culturas, en distintos momentos de la vida… muestra que construir la fraternidad, alrededor del Señor Jesús que nos convoca para construir su Reino, es un milagro posible.

Más de 400 años de historia, una larga cadena de entrega y de esfuerzos, hablan de una sucesión continua de mujeres que han hecho frente con decisión y coraje a las situaciones originadas en los diferentes países a través del tiempo: avances científicos y tecnológicos, cambios culturales, revoluciones, leyes adversas, persecuciones y… hasta la muerte. Unas veces reconocidas, otras ignoradas, han sabido “mantener la llama” y “tender la mano” allí donde han visto una necesidad.

Impulsadas por una fe profunda en el Dios de la historia y seducidas por Jesús de Nazaret han consagrado su vida a la misión de construir su Reino.

Hoy la historia continúa en 26 países situados en cuatro continentes: Europa, América, África y Asia, con 1470 religiosas y un gran número de laicos comprometidos con la misión educativa de la Compañía de María.