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Rita Calvo, ODN

Inicio Noticias Rita Calvo, reelegida como Superiora General para el próximo periodo de gobierno.

El XVIII Capítulo General de la Orden de la Compañía de María N.S. que se está celebrando en Roma del 1 al 30 de abril reelige a Rita Calvo Sanz como Superiora General para el próximo sexenio 2022 – 2028.

Nació el 16 de octubre de 1960 en Tordesillas, Valladolid, en 1960. Realiza el Noviciado en 1980, los Votos Temporales en 1982 y la Profesión Solemne en 1990 en la misma ciudad.

Maestra por la Universidad de Valladolid (1979), Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid (1995) y Diplomada en Estudios Avanzados del Programa de Doctorado de Sociología de la Educación, por la Universidad Complutense de Madrid (2003).

Ha ejercido como docente en el Colegio Lestonnac-Compañía de María de Zaragoza (1982-1990), siendo después Directora Titular de este Centro (1995-1997).

Miembro fundador de la Asociación Barró de Madrid, creada a iniciativa de la Compañía de María para población en riesgo de exclusión, fue presidenta de la misma desde 1996 hasta 2003 y participó también en la coordinación de algunos de los Programas para la formación de educadores.

Fue presidenta de la Fundación Internacional de Solidaridad Compañía de María (FISC) de 2011 a 2015.

De 1994 a 2003, es miembro del Gobierno Provincial de la Compañía de María de la Provincia Ibérica (España). De 2003 a 2015 forma parte del Equipo General de la Orden. En el XVII Capítulo General, 2015, es elegida Superiora General.

Miembro desde junio de 2019 de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), es una de las mujeres nombradas por el Papa Francisco para este Dicasterio.

La mirada a la realidad y el aniversario de los 100 años de la Unión de todas las casas van marcando el hilo conductor de la reflexión de este Capítulo que lleva por título “Con el Espíritu de unión vivo desde nuestras raíces, gestamos el futuro mirando al Señor que nos conduce”.

Ante la Compañía, el reto de cuidar y construir la Casa Común, al que queremos responder desde una conciencia cada vez más universal y sinodal. En sus palabras de apertura el 1 de abril, este capítulo es un compromiso con la esperanza.

La sensibilidad ante el sufrimiento del otro, su talante pedagógico y educativo y la fortaleza de su sencillez nos ayudan a seguir apostando por la Compañía y nuestro mundo desde el corazón del Evangelio.