UNCIÓN
¿Por qué tocar este tema ahora que se acerca la Navidad y comenzamos el adviento? ¿Es porque este mes recordamos a nuestros seres queridos que ya se fueron?
Estamos en una Comunidad enfermería. Tenemos casi todas mucha edad y estamos con achaques y enfermedades. Y también algunas cabezas comienzan a irse. Razón más que de sobra para, libre y conscientemente, desear acercarnos a esta fuente de gracia que nos puede llenar de fortaleza, agradecimiento, confianza y abandono en nuestro Padre Dios.
Por todo esto, nuestra comunidad de Valladolid Juan Mambrilla recibimos con libertad el Sacramento de la unción de enfermos. Fue una gozosa experiencia. Así que, visto y experimentado este regalo precioso, fue fácil desear compartirlo.
Hay una motivación para posponer o eludir esta celebración, que puede ser la razón más importante y pasar desapercibida: No conocer, no apreciar, no gustar, lo que supone, lo que es, este sacramento de Gracia.
Jesús, el que se acercaba y curaba a los enfermos, el que restauraba la vida, el que tenía palabras de aliento para los familiares y el que daba un perdón sin límites y una esperanza contra toda esperanza, se hace presente, se acerca y nos toma de la mano para ayudarnos a aceptar, asumir, esperar, vivir con toda verdad, y claridad, y esperanza, y fortaleza, y paz, este encuentro con el Señor de la Vida. Con su Misericordia, sus brazos abiertos, su alegría de Padre, demostrarnos su Amor, su cariño, su Salvación.
Quizá hemos pasado nuestra vida evangelizando, dando la Buena Noticia. Enseñando cómo vivir, cómo entregarnos, cómo ser solidarios, cómo curar heridas de dentro y de fuera, cómo dar y construir la paz. Consolando, instruyendo, educando, formando, remediando....
Qué bueno es seguir a Jesús y buscarle donde se le encuentra con certeza: en los pobres, los disminuidos, los no aceptados, los que no gusta mirar; y a los que despiertan nuestra ternura, nuestra compasión, nuestra acción solidaria. ¡Y también nuestra rabia de ver que nuestro mundo marcha al revés! Como a Jesús, cualquier ser humano nos tiene que importar, hacernos sentir hermanas. Todo es seguir a Jesús
Y seguir a Jesús da paz. Con todas nuestras deficiencias y con todas nuestras fuerzas, todo nuestro corazón, toda nuestra alma, y con el Espíritu que nos ha llevado por sus Caminos, a pesar y con nosotras mismas. ¡Esto vale!!! Es lo que más vale.
Y el final de la meta de este Aquí parece que quedamos aparcadas, esperando con paciencia lo que tiene que suceder, y que no sabemos qué es. Por ningún resquicio entrevemos "qué hay". Claro, desde nuestros ojos, desde nuestra situación de mortales. ¿Y qué falta hace? ¿Es que la fe nos lo da todo clarito, al alcance de nuestros conocimientos, de nuestra razón? El Todo es Dios. ¿Quién puede abarcar y entender lo que es su Amor, su Ser? Él es "El que es" ¡Todo!
Pues eso, Parece que se nos termina la vida cuando que ni siquiera podemos contarla: Es Dios; es "una historia sin fin".
Es Dios.
¿Preparamos y nos preparamos para esto?
Hermanas: Nos queda una "estación" (el paso que llamamos muerte) y el transbordo: unidas a nuestro Señor Jesús, nuestro Amor, nuestra esperanza; unidas a María, nuestra Madre, Madre de Jesús, de su mano, el Encuentro con Dios nuestro Padre.
Algunas podríamos decir:
¡Ven pronto, Señor!
AMÉN
Toña Garrido ODN
Comunidad Valladolid · Juan Mambrilla