La Compañía de María está presente en diferente culturas y, en algunas ocasiones, “las diferentes culturas” están presentes en nuestras comunidades. Sin lugar a dudas una riqueza… y un desafío.
La Provincia de Europa organizó los días 17 y 18 de febrero en Burdeos un encuentro para este tipo de comunidades. La Provincia de España tuvo la alegría de participar esos días. Marivi Garbayo odn comparte su experiencia.
"Nos encontramos, 60 hermanas llegadas de España, Suiza, Albania, Roma. Francia estaba representada, por las comunidades de Grenoble, Paris, Pamier, Lyon y Toulouse. Un grupo de 11 nacionalidades (Francia, España, Suiza, Congo, Camerún, Albania, Italia, Vietnan México, Brasil y Filipinas). La realidad habla por sí sola. La Compañía de María es un mosaico de culturas, lenguas, razas y naciones.. ¡Qué riqueza!
De España viajamos en autobús, dos comunidades de Granada (Cartuja y Colegio Mayor), dos de Valladolid (Pajarillos y Residencia junto con Mª Carmen Aldecoa de la Comunidad de Juan Mambrilla) dos de Madrid (Vallecas e Islas Cíes). La acogida de la Provincia de Europa fue extraordinaria, cálida y fraterna. El encuentro fue participativo, con mesas redondas, grupos y testimonios.
El P. Daniel Regent SJ, supo, a través de una metodología muy original, ayudarnos a poner palabra a aquello que vivimos en la Comunidad, Provincia, en la Compañía Universal y en la Iglesia. Burdeos nos acogió bajo la lluvia, signo de bendición… Al final, la Santa Madre desde su capilla, que se prepara a una remodelación, nos bendijo recordándonos el envío del Señor a ser sus testigos en Europa, Asia, África y América.
Recuerdo esperanzada, lo que saboreo desde hace tiempo: “La Compañía de María va tomando el color de los países donde se encuentra.” “En la vida Religiosa, la Comunidad Intercultural es signo profético para nuestro tiempo” La Comunidad Intercultural es signo de los tiempos… Es una riqueza aprender a descubrir y a valorar la diferencia, no es fácil, pero nuestra única referencia es el evangelio. Antes para acercarnos a otras culturas teníamos que viajar, era una opción.
Hoy, ya no es opcional, sino vital e imprescindible, para una convivencia pacífica. Ahora urge que todos encontremos fundamentos sólidos y lo más universales posibles, para la interculturalidad que vivimos, base necesaria para una convivencia pacífica, evangélica y enriquecedora. ¡Las culturas ya no son motivo de estudio, sino motivo de convivencia y de supervivencia!"